Maltrato Animal


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Esta foto marca el final de la carrera de Álvaro Múnera como torero matador. El muchacho se desplomó lleno de remordimiento en la mitad de la corrida cuando se dio cuenta de que el toro se negaba a pelear por su vida. Álvaro se ha convertido en un adversario ávido de las corridas de toros. Múnera recuerda ese momento:.. " Y de repente, miré el toro... Tenía la inocencia que todos los animales tienen en sus ojos, y él me miró, sintiendo dentro de mi un; ¿Porqué? Era como un grito por la justicia en el fondo de mí, y sentí (mirada arriba). Yo lo describiría como como una conexión, porque si uno confiesa, y espera que sea perdonado... (silencio, lagrimas contenidas) "Me sentí como la peor mierda en la tierra"...
Esta foto muestra el colapso de Torero Álvaro Múnera, al darse cuenta de en medio de su última pelea de la injusticia para el animal. A partir de ese día en adelante se convirtió en un gran opositor de las corridas de toros.


Lawrence Anthony (1950-2012) fue un conservacionista, ambientalista, explorador y escritor nacido en Johannesburg, Sud África y criado en la Rodesia rural, hoy llamada Zimbabwe, Zambia y Malawui. Por mucho tiempo fue director de la reserva Thula Thula en Zululand, Sud Africa y el fundador de The Earth Organization, un organización privada de protección al medio ambiente y desarrollo científico.

En su libro "The elephant whisperer" relata como se dedicó a salvar y rehabilitar elefantes salvajes. Para curar las manadas descontroladas que llegaban a él a su reserva Thula Thula como último recurso (descontroladas por las vejaciones que habían sufrido en mano de malvados cazadores) decidió dormir y comer junto a ellas para que ganaran su confianza, logrando calmarlos como ningún otro hombre lo había hecho. Su fama como experto en elefantes se extendió y elefante que había que curar, se lo enviaban a él.

Los biólogos y etólogos saben que los elefantes se despiden de sus compañeros fallecidos con una ceremonia de duelo que la realizan en un lugar "secreto" o mejor, dicho, privado. Esto no es nuevo, desde hace mucho que es sabido. Lo realmente sorprendente fue que al fallecer su gran amigo Lawrence Anthony en marzo del año pasado, dos de las manadas salvajes que estuvieron hacia mucho tiempo bajo su cuidado, rehabilitación y cariño, en procesión solemne, como lo muestra la primera foto, marcharon durante 12 horas unos 20 km, hasta la reserva de Thula Thula a rendir tributo a su amigo muerto. Primero llegó una manada, luego la otra y estuvieron dando vueltas en la propiedad durante dos días sin comer ni beber y luego se fueron por donde vinieron. Pero... ¿Cómo supieron que su amigo había fallecido? ¡Y después que me digan que los animales no tienen corazón....!

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